Pasadizos

En uno y otro caso, el amor es un alcázar con pasadizos secretos por donde suelen extraviarse nuestras almas. Gonzalo Fragui(1960)

jueves, mayo 25, 2006

El frío


Realmente se puso frío, así que ayer viendo el cielo despejado y con la peregrina idea cruceña de que si el sol brilla hará calor me salí empolerao, soporté el vientecillo irritante del sur hasta eso de las seis y media, y ahí nomás vino el estornudo (Ramón Gómez de la Serna decía que “el estornudo es la interjección del silencio”). Parado en una esquina, esperaba: tenía una cita con Carolina, que al final se decidió ir al cine conmigo. Pero llegaron las siete, las ocho, las ocho y media. ¿Saben? Estaba pochecó (harto, para los que no saben el léxico) de los tipos bebiendo en las aceras de la Uruguay, sin helarse, sin sufrir por alguien, riendo de cuentos groseros que un otro cuenta, felices escuchando la banda, bien abrigados de chompas y cervezas. Y yo temblando de frío, se supone. Nada. La llamé al celular gracias al teléfono “Viva” de la tendera de la cuadra, y el maldito permanecía apagado… “El abonado no está disponible”. En esas circunstancias uno se pregunta. Ché, ¿Qué hubo? ¿Qué paso? ¿Le salieron raíces en algún lado? ¿Algo grave? ¿Desistió simplemente de salir conmigo? ¿Pensó que la película era mala y que no sería prudente asistir a una película que lo obliga a uno a mirar la cara del que lo acompaña? E inevitablemente, cuando uno está haciendo esas cábalas, pensás en los accidentes, en la posibilidad de hospitales y muerte (pero despejás esa idea con un manazo matamosquitos). Andás con esas rumiaderas. Me la hizo, está con otro, llegó el otro. Cosas por el estilo. De repente, y no es que las respuestas dejaron de interesarme (el tema es que andaba tiritando), fui a casa a ponerme una chamarra.

No supe nada del asunto hasta pasadas las diez, cuando Marcela, la hermana menor de Carolina, y su cortejo, llegaron hasta mi cuarto. Los atendí en la puerta. Espero que entiendan, no quise que entren porque la cosa anda bastante trastornada: los compactos por aquí y por allá, los libros sobre el piso, apilados sin ningún orden, el equipo de música, los ceniceros, algunas botellas de coca cola, la ropa limpia, la ropa sucia, un mundo por ordenar, pero principalmente un graffiti en la pared que tiene su nombre. Si lees esto, Carol, entenderás, aunque ando más o menos confiado porque sé que no eres de blogs (aunque nunca se sabe, entonces estaré bellamente descubierto ;=). El asunto es que el padre de Carolina, que vive en otra ciudad –separado, y familia nueva- llegó de improviso. Así que dice que no había manera. Más tarde me pregunté: ¿Y por qué si Carolina no puede salir, sí puede hacerlo Marcela? Preguntas que se hacen los tontos enamorados como yo, cuestiones sin respuesta, claro. El asunto es que como dice Ramón Gómez de la Serna –Sí, Greguerías es uno de los libros que me puse a leer anoche en ese desvelo- pienso que “aquella espera no cicatrizará nunca.”

9 Comments:

  • At 9:31 p. m., Anonymous Anónimo said…

    ¡Hola Oruro!

    Creo que yo no te hubiese echo esperar...

    Te estoy estudiando con detenimiento, algun día te interceptaré

     
  • At 10:04 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Oruro:

    No te hagás ilusiones ése usuario anónimo no soy yo.

    El del Toborochi

    (Ja, ja, ja, jo).

    Ahora en serio, en cada post confirmás lo que podría haber sido nada más que una bella casualidad: que tenés realmente un espectacular talento para "fotografiar" tu vida, y eso, estimado, es ser un artista.

     
  • At 4:22 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Felicidades por el blog, como dice el toborochi anónimo es una maravilla leerte. Ya dije que estás en la lista de blogsbolivia? http://blogsbolivia.blogspot.com

     
  • At 8:59 a. m., Blogger jorge angel said…

    Y de esas cicatrices nacen, a veces, las mejores letras. Qué bueno que en esta tierra se produzcan talentos como el tuyo, y otros como Gary Daher o Claudia Peña, que comparten sus letras con quien quiera leerlas.

    abrazos

     
  • At 12:56 p. m., Blogger Oruro Nogales said…

    Gracias amigos, esto alivia la depresión.

    Toborochi... Espero que no sea tu broma, sino una dama la que haya escrito el primer comentario. Uno siempre está atento a los milagros. ¿No? ;=)

     
  • At 4:33 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Querido:

    "Lo más milagroso de los milagros es que a veces suceden...", o sea, SÍ el primero era de una DAMA, y además con vocación de interceptadora (Oruro, báñese por las dudas).

    ¡Suerte!

    P.D. Esta noche (viernes) a ver si te das una vuelta por Lorca. Convocaré a varios amigos allí.

     
  • At 3:40 p. m., Blogger Oruro Nogales said…

    Forastero:

    Sí, ya vi que Pasadizos está listada, y también la promoción (carita sonrrojada). Muchas gracias.

     
  • At 9:39 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Yo no fui la del comentario; pero bien pude haber sido... aunque no tengo mucha fama de interceptar... sino más bien de hacer gambeta...jaja ( o si no, que me califique el del toborchi que sabe de fútbol)
    Me encantó leerte , Oruro, de verdad... me sentí muy bien.. cómoda... y con esa dulce complicidad de también haber sentido alguna vez (y por un tiempo) esa cicatriz de la espera... Pica.. pero luego la caracha se cae.. , te lo aseguro... Un beso.

     
  • At 9:21 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Sí, me consta, gambeterísima la chica. Tanto que en el barrio le dicen "la Etcheverry" y, a veces,"la Ronaldinho".

    El del Toborochi

     

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